• 12/01/2025 20:45

Científicos argentinos fueron reconocidos por la NASA por proyectos de soluciones hídricas y mitigación de riesgos climáticos

El cambio climático y la inseguridad hídrica y alimentaria son algunos de los desafíos que enfrenta el mundo en la actualidad. Ante este panorama, el concurso Pale Blue Dot: Visualization Challenge, una iniciativa de la NASA, se despliega como un espacio ideal para innovadores de diversas disciplinas. Este certamen, que reunió a casi 1600 participantes de 100 países, destacó la labor de cinco jóvenes argentinos menores de 30 años.

Se trata de Francisco Furey y Malena García Vildoza, integrantes del equipo Viva Aqua, uno de los cinco grupos ganadores, que centraron su trabajo sobre la crisis de acceso al agua potable en el mundo; y María Azul Schvartzman, Iván Barbero y Alfonso Aguilera, quienes lograron una Mención Honorífica al destacar su proyecto sobre la mitigación de riesgos climáticos entre los 33 seleccionados.

El objetivo de este concurso es crear visualizaciones, mediante el uso de datos de observación de la Tierra (EO), que brinden información precisa sobre la atmósfera, océanos, ecosistemas, cobertura terrestre y el entorno construido, puntos esenciales para promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible de: hambre cero, agua limpia y saneamiento, y acción climática.

La importancia de utilizar estos datos es que brindan información precisa sobre la atmósfera, océanos, ecosistemas y entornos construidos del planeta. En total, fueron cinco los equipos internacionales que resultaron vencedores: EE Frogs, H2plastic, Hunatek-Kalman, Spatial Clan y Viva Aqua.

Agua potable: ¿la solución puede estar bajo tierra?

El equipo de AquaViva se centró en desarrollar una solución innovadora destinada a enfrentar la crisis de acceso al agua potable en el mundo, mediante el uso de tecnología de aprendizaje automático. El objetivo: generar mapas de alta resolución del nivel de agua subterránea.

Este trabajo aborda uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 6) de la ONU y utiliza modelos avanzados de aprendizaje automático entrenados con diversos conjuntos de datos, incluyendo imágenes satelitales, variables climáticas y características geológicas. Esta herramienta tiene el potencial de ayudar a las comunidades a enfrentar la escasez de agua, monitorear el agua subterránea y localizar de manera eficiente fuentes adecuadas de agua limpia.

El proyecto, que es de código abierto y gratuito, invita a colaboradores a mejorar y expandir el trabajo realizado; siendo que para su conjunto de datos de entrenamiento el equipo realizó una revisión exhaustiva de la literatura sobre estudios previos y conceptos clave, además de recolectar y procesar información desde múltiples fuentes, como el Sistema Global de Información sobre Aguas Subterráneas (GGIS/IGRAC), el British Geological Survey (BGS), y herramientas como AρρEEARS y ClimateSERV.

Su labor ha permitido que el equipo de Viva Aqua obtuviera datos piezométricos de 36 pozos en Gambia desde 2015 hasta 2022, además de información sobre variables climáticas y geológicas que facilitan la predicción del nivel de agua subterránea. Según indicaron, la idea del proyecto nació tras un viaje de voluntariado a Honduras, en el cual se identificaron pozos manuales contaminados y en un esfuerzo por reducir los costos asociados con los estudios hidrogeológicos, el equipo decidió utilizar tecnología que pudiera mapear información clave, como los niveles de agua subterránea.

El equipo, que cuenta con enfoque multidisciplinario, está conformado por los argentinos Francisco Furey, un apasionado de la programación en Python, la naturaleza, imágenes satelitales y el pilotaje de drones que trabaja como científico de datos para una startup estadounidense relacionada con la NFL; y Malena Vildoza, una estudiante de Antropología Social y Cultural en la Universidad Nacional de San Martín (EIDAES), interesada en investigaciones interdisciplinares que promuevan la justicia social y ambiental.